miércoles, 6 de febrero de 2013

LAS REFORMAS EN ISRAEL BAJO EL LIDERAZGO DE ESDRAS Y NEHEMIAS


Autor: Vitalie Mindru

INTRODUCCIÓN
Uno de los capítulos más importantes de la historia del pueblo Israel es el periodo postexilico, después de la cautividad babilónica. En este periodo empieza la reconstrucción y el fortalecimiento de la nación judía.
En el año 539 a. C. el rey persa Ciro conquisto la Babilonia y puso fin al imperio babilónico. En el primer año de su reinado el dio un decreto que le permitió a los judíos que estaban en Babilonia a regresar a Jerusalén y reconstruir el templo. El primer grupo de exiliados, unos cincuenta mil personas (Esd 2:64,65) volvieron en Judea en 537 a. C., bajo el liderazgo de Zorobabel. En medio de muchas dificultades y pruebas, consiguieron con la ayuda de Dios la reconstrucción del templo de Jerusalén en 515 a. C.
Sin embargo la situación política, económica y social de los repatriados era bastante precaria. Todo esto tenía una enorme influencia sobre la espiritualidad del pueblo. Había una constante inseguridad.
Después de unos años Dios puso en el corazón del sacerdote y escriba Esdras, el deseo de volver a Jerusalén junto con un grupo de exiliados. Así que en el año 457 a. C., unos sesenta años después un segundo grupo importante de judíos, bajo el liderazgo de Esdras volvieron a su país. Después de unos doce años, en 445 a. C., regreso de Persia también Nehemías, quien era el copero del rey Artajerjes.
Tanto Esdras como Nehemías a su regreso van a encontrarse con una situación difícil. En medio de esta situación los dos líderes van a emprender una serie de reformas en el aria civil y de la religión que traerán la esperanza y la fe entre sus compatriotas. Pero todo esto no sin mucho esfuerzo y mucha lucha con toda clase de dificultades.
El presente estudio se propone analizar este periodo de la historia del pueblo judío. Y precisamente se propone a analizar las reformas que se implementaron por parte de Esdras y Nehemías. Y que frutos trajo al final todo este esfuerzo. Al mismo tiempo se busca a sacar lecciones para reformas semejantes en el pueblo de Dios de hoy.
La iglesia cristiana de hoy se está confrontándose con problemas de alguna manera parecidos a los que enfrento el pueblo de Israel en el pasado. Las reformas implementadas en aquel periodo nos pueden servir como un ejemplo para las reformas de hoy. “La obra de restauración y reforma que hicieron los desterrados al regresar bajo el liderazgo de Zorobabel, Esdras y Nehemías, nos presenta un cuadro de la restauración espiritual que debe realizarse en los días finales de la historia de esta tierra.”[1]




1. LA SITUACION DE ISRAEL EN TIEMPOS DE ESDRAS Y NEHEMIAS
La situación económica, social, política de Israel después del retorno era más bien precaria. En general la vida espiritual del clero, de los dirigentes y del pueblo era a bajo nivel. Reinaba injusticia, los ricos oprimían a los pobres, descuidaban los mandamientos de Dios. Además existía el peligro de mezclarse con los pueblos idolatras por medio de los matrimonios mixtos. El país estaba en una situación sin ninguna perspectiva.
“La situación de la comunidad judía en el inmediato postexilico era particularmente difícil: sin autonomía política ni económica, solo pudo afirmar su identidad a través de los ámbitos religioso y familiar. Estaba en juego la misma supervivencia de la comunidad en su identidad religiosa y étnica.”[2]
Tanto Esdras que llegó primero como Nehemías a su regreso encontraron una ciudad desolada, sin muros, que no ofrecía ninguna seguridad para sus habitantes. El pueblo junto con los sacerdotes se olvidó de las fiestas religiosas, descuidaba el servicio del templo, no observaban debidamente el sábado. Y sobre todo esto el pueblo estaba desanimado. ¿Dónde estaba Dios en todo esto?
Desde que acabaron el templo hasta que vino Nehemías, durante unos setenta años ellos no pudieron o no intentaron a reconstruir las murallas de la ciudad.
Todavía cuando estaba en la corte del rey persa Nehemías se dio cuenta de que no habrá ningún progreso nacional hasta que no se reparen las murallas de la ciudad. Sin una defensa mínima ellos eran presa fácil para sus vecinos. Él  pensaba para que se produzca una reforma total era necesario reconstruir y fortalecer la capital del país. Confiando en Dios, Nehemías convenció a sus connacionales a que se unan a él para reconstruir las murallas de la ciudad. Con la ayuda de Dios y con determinación esta obra se concluyó en poco tiempo, cincuenta y dos días (Neh 6:15). Este logro le dio ánimo a Nehemías a seguir y llevar adelante una serie de reformas, para fortalecer la nación e incrementar su espiritualidad.
 En los siguientes capítulos se va a presentar con detalles estas reformas.
  
2. LA NECESIDAD DE UNA PROFUNDA REFORMA ESPIRITUAL
El panorama que nos presenta la Biblia sobre la vida espiritual de los que volvieron del exilio no es muy optimista. Como siempre paso en la historia, la falta de espiritualidad en el pueblo de Dios es consecuencia del olvido de la Ley de Dios. Al mezclarse con otros pueblos a través de matrimonios ellos corrían el riesgo de caer otra vez en la idolatría. Y de aquí su ruina era segura. Incluso hasta la supervivencia del pueblo judío era en juego.
A pesar de todas estas cosas, a pesar de la falta de la verdadera preocupación espiritual, Dios no dejo a su pueblo, y en estos momentos de pesimismo y desesperanza, Él llamo a dos hombres de fe y consagración, Esdras y Nehemías.  Ellos ejercerán de guías morales y líderes para su pueblo. Esdras era un sacerdote y escriba para enseñar al pueblo los mandamientos de Dios, y Nehemías era un hombre de acción, hombre consagrado y tenía dotes de liderazgo. Impulsado por amor a su pueblo y por celo para la obra de Dios, ellos emprendieron una serie de reformas que trajeron un cambio radical positivo en el pueblo de Dios.
2.1 El comienzo de la reforma: Se lee la ley de Dios
Poco después de acabarse las reparaciones del muro, en el primer día del séptimo mes del año 444 a. C., el pueblo se juntó en Jerusalén (Neh 8:1). Con esta ocasión el sacerdote Esdras leyó del libro de la Ley. La mayoría de los eruditos piensa que (la Ley) debió ser sustancialmente el Pentateuco tal como lo conocemos hoy.”[3]
Esdras leyó todo el día a todos los que podían entender. (v. 3) También varios levitas lo acompañaron en esta labor “Y leían claramente en el libro de la ley de Dios, y explicaban su sentido, de modo que entendieran la lectura” (v. 7,8). Una verdadera reforma debe empezar con la Palabra de Dios. A través de la lectura de la Biblia, El Espíritu Santo puede sensibilizar el alma y conducirla al arrepentimiento. Lo que no ofrece lugar a dudas es el papel central que empieza a adquirir la ley, en general, y más concretamente la Torá escrita en la vida de la comunidad judía a partir del periodo postexilico, cuando las instituciones del antiguo Israel han dejado de existir y empieza a configurarse un nuevo orden.”[4]

2.2 La confesión de los pecados y el ayuno
El capítulo 9 del libro de Nehemías empieza diciendo que: “En el día veinticuatro del séptimo mes se reunieron los hijos de Israel para ayunar… confesaron sus pecados y las iniquidades de sus padres.” (v. 1,2) En esta ocasión además de leer la Ley de Dios, ellos confesaron sus pecados y adoraron a Jehová su Dios. Luego Esdras hace una oración por parte de todo el pueblo delante de Dios. “En su obra, Esdras y Nehemías se humillaron ante Dios, confesaron sus pecados y los del pueblo, y pidieron perdón como si ellos mismos hubiesen sido los culpables.”[5]
La presentación de la Ley de Dios les revelo la verdadera situación espiritual y el pueblo se dió cuenta de la gravedad de sus pecados. Pecaron tanto individualmente y como nación. En este pasaje de la Escritura vemos un ejemplo de arrepentimiento colectivo. De hecho no es posible una verdadera reforma sin arrepentimiento. Dios está dispuesto a bendecir a su pueblo siempre cuando hay un reconocimiento del pecado y una tristeza por haber ofendido a Él.
2.3 La renovación del pacto
Después de confesar sus pecados y arrepentirse, el pueblo dirigido por sus gobernantes, levitas, y sacerdotes, hicieron una promesa delante de Dios. La escribieron y la firmaron. Hicieron una renovación del pacto, a través de cual se obligaron a ser fieles en guardar la Ley de Dios. Vemos que ellos no se limitaron solamente a confesar sus pecados pero también se comprometieron en hacer un cambio concreto. La alianza es la conclusión de toda la reforma religiosa iniciada por Esdras y Nehemías. Es una promesa, firmada y sellada, de guardar la ley divina en lo venidero.”[6]
Sin este compromiso toda la impresión producida por El Espíritu Santo se hubiera perdido y se hubiera seguido la vida de antes. El Espíritu Santo está dispuesto a ayudarnos pero a nosotros nos pertenece el deber de tomar la decisión. El compromiso nos hace más responsables con lo que nos hemos comprometido.
2.4 La dedicación de las murallas
Para la dedicación del muro otra vez se juntaron todos los levitas y los hijos de los cantores, los sacerdotes y el pueblo. Al final ellos tenían una capital con murros. Esto significaba muchísimo.
Sin embargo, la casa de Dios no se construye una vez que se ha concluido el templo (Esd 6:15), para el fortalecimiento de la nación judía, se necesitaba una ciudad bien fortificada y continuar así con las reformas. Como explica Dillard Raymond: “La casa de Dios no se construye una vez que se ha concluido el templo (Esd 6:15); continua, y sigue construyendo Jerusalén. Cuando se han terminado las murallas, también se las consagra (Neh 11:1). Una vez que se han reconstruido la ciudad y sus murallas, vienen las ceremonias de solemne inauguración (Neh 8:13).” [7]
Esto ha sido un momento especial de alegría para todo el pueblo.

3. REFORMAS DE CARÁCTER CIVIL Y ADMINISTRATIVO
Nehemías y Esdras se dieron cuenta de que había falta cambios de carácter civil y administrativo para que se produzca una reforma espiritual duradera. Los aspectos administrativos si no son atendidos con cuidado y atención, los más nobles intentos de reforma espiritual fracasarán. La historia ha demostrado que con una sabia administración se puede mejorar la vida espiritual. Muchos líderes espirituales fracasaron en sus reformas porque descuidaron los problemas administrativos y de organización. El pueblo de Dios necesita organizar bien todo lo relacionado con el culto.
Dios es un Dios de orden y quiere que su pueblo procure organizar bien todas las cosas. Por eso Dios condujo a Nehemías a ocuparse de problemas de organización civil y administrativo.
3.1 La corrección de las injusticias sociales
Mientras el pueblo trabajaba en la reconstrucción de las murallas, Nehemías tuvo que afrontar un problema interno. En este momento el pueblo empezó a quejarse de la difícil situación económica en que se encontraba. Esta crisis económico-social fue el resultado de una mala cosecha y del hambre que le siguió.”[8]
El problema era que los ricos se aprovechaban de sus hermanos más pobres, prestándoles alimentos a cambio de sus tierras, o prestándole dinero con alto interés. En esta situación algunos llegaron ser siervos de sus hermanos. Una circunstancia agravante de este pecado era que los que así oprimían a sus hermanos habían sido ellos mismos libertados de la casa de servidumbre de Babilonia, lo que les obligaba con mayor motivo de gratitud a soltar las coyundas del yugo.”[9]
Nehemías se vio obligado a corregir estas injusticias sociales. Él reprendió la conducta de aquellos que se enriquecían a cuesta de sus hermanos. Él dijo: “Os ruego que les devolváis hoy sus tierras, sus viñas, sus olivares y sus casas y la centésima parte del dinero, del grano, del vino y del aceite, que demandáis de ellos como interés.” (Neh 5:11). También él les hizo jurar que cumplirán con esto.
Dios estableció a través de Moisés reglas en contra de le opresión, y a favor de los más indefensos. Pero ellos como se mencionó anteriormente se olvidaron de las prescripciones de la Ley de Moisés. Nehemías acciono con firmeza contra este mal. Él también tiene el mérito de darse como ejemplo de gobernante justo y sensible a las necesidades del pueblo. (Neh 5:18)
3.2 El reparto de los habitantes y la seguridad de la ciudad
Después de acabar con la reconstrucción de los muros, Nehemías pensó en fortalecer más la ciudad de Jerusalén. Una capital más fuerte ofrecía más seguridad al pueblo. Para esto se echó suerte para que uno de cada diez del pueblo fuera a vivir en Jerusalén. Nehemías organizo también la defensa de la ciudad, las puertas se cerraban y se nombraron guardias que hacían con turno. (Neh 7:2,3) La ciudad tenía todavía pocos habitantes y era vulnerable a posibles ataques de parte de los pueblos vecinos. Estas previsiones son precauciones sabias y de ninguna manera falta de fe. A pesar de todo para su seguridad ellos debían poner toda su confianza en Dios.




4. REFORMAS RELIGIOSAS Y LA ORGANIZACIÓN DEL CULTO
Estas reformas tienen que ver con el sostén de los sacerdotes y levitas y otros aspectos que rigen la vida espiritual del pueblo. Una verdadera reforma tiene que llegar todavía más allá. Esdras y Nehemías se dieron cuenta de que hay que hacer más para que la espiritualidad del pueblo siga creciendo. Como pueblo de Dios debían procurar obedecer todos los mandatos divinos.
4.1 Renovación de la celebración de la fiesta de los Tabernáculos
Cuando Esdras leo la Ley de Dios para el pueblo en el séptimo mes descubrieron que Dios mando que celebre la fiesta de los Tabernáculos. Y ellos decidieron celebrar esta fiesta. El texto bíblico dice que durante la fiesta: “Leyó Esdras el libro de la Ley de Dios cada día, desde el primer día hasta el último; hicieron la fiesta solemne por siete días, y el octavo día fue de solemne asamblea, según el rito.” (Neh 8:18)
4.2 Medidas para sostener a los sacerdotes y levitas
Nehemías sabía que el servicio del templo no podía funcionar bien sin el sostén correspondiente para los sacerdotes y los levitas. Por esto él se preocupó de organizar las colecciones del diezmo y las ofrendas para que los levitas puedan dedicarse al servicio que les mando Dios. (Neh 12:44-47) “El verdadero hijo de Dios será generoso hacia las necesidades e intereses de aquellos que están ocupándose en la edificación del Reino. Debiera considerar que el diezmo es lo obligatorio para la causa de Dios, y dará mucho más que eso por un sentido de devoción y amor según sea necesario.”[10]
4.3 La santificación del sábado
La observancia del sábado ha sido otro aspecto importante de las reformas que se implementaron Tanto el pueblo como los dirigentes estaban descuidando el cuarto mandamiento. Con la ocasión de la renovación del pacto además de otros compromisos, los israelitas se obligaron a que “si los pueblos de la tierra vinieran a vender mercaderías y comestibles en sábado, nada tomaríamos de ellos en ese día ni en el otro día santificado” (Neh 10:31).  Sin embargo más tarde cuando Nehemías regreso a la corte persa, durante su ausencia, tanto el pueblo como los dirigentes empezaron a descuidarse del sábado y de otras cosas que se obligaron a cumplir. Por esto cuando él vino por segunda vez tuvo que reprender a muchos que estaban culpables en este sentido. Nehemías les dijo: “¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el sábado?” (Neh 13:18) Luego él ordeno que se cerraran las puertas de Jerusalén y que no se abrieran hasta después del sábado. Aunque para nosotros hoy en día nos parece una actitud fundamentalista y exagerada, no lo es si tomamos en cuenta el contexto histórico. La ley del sábado era muy estricta; con buen motivo, pues nunca está la religión en el trono cuando los sábados están por el suelo.”[11]  Nehemías era consciente de que si no se toman medidas enérgicas la vida espiritual del pueblo caería abajo otra vez. Si volvían a descuidar los mandamientos de Dios sufrían otra vez las consecuencias terribles que sufrieron en el pasado. Como observan bien algunos autores la supervivencia del judaísmo estaba amenazada.
4.4 El problema con  los matrimonios mixtos
Otro problema que tuvieron que afrontar Esdras y Nehemías era la de los matrimonios mixtos. Ya cuando llegaron Esdras y los demás en 457 a. C. se encontró con esta situación, de que muchos se casaron con personas de otros pueblos. Esdras se molestó muchísimo por este asunto como se puede ver en Esdras capítulo 9 y 10. Para nosotros que vivimos en una sociedad multicultural nos parece una exageración. Sin embargo el problema hay que analizarlo en el contexto histórico. Ocurría que los hijos de estos casamientos no sabían el idioma hebreo o arameo. Y eran más propensos a abrazar la religión del cónyuge que no era hebreo. De toda manera Esdras y Nehemías se ven obligados a accionar. Para conservar su identidad religiosa y nacional, ellos van a luchar en contra de los matrimonios mixtos y esto era en conformidad con la voluntad de Dios así como se lo descubrió a Moisés. Desgraciadamente con el tiempo los judíos en su celo por su religión van a levantar un muro de separación con respecto a los no judíos, es decir los paganos. Los hombres como siempre se puede observar en la historia caen en extremos.
El problema de los matrimonios mixtos no se resolvió con Esdras, porque años más tarde surge de nuevo. Cuando Nehemías viene por segunda vez encuentra de nuevo el mismo problema. La otra vez tuvo que reprender a muchos que eran culpables en este sentido. Tuvo que afrontar un caso especial, el del nieto del sumo sacerdote Eleasib, cuya culpa era aún más grande por ser sacerdote. (Neh 13:28).

CONCLUSION
Las reformas implementadas por Esdras y Nehemías han sido para la renovación de la vida espiritual del pueblo de Israel. El estudio sobre las reformas en Israel en aquella época nos enseña mucho sobre la manera en que podemos hacer reformas hoy en la iglesia cristiana. Porque hoy en día la cristiandad está atravesando una crisis espiritual semejante. Se pueden ver los mismos pecados y la misma apatía espiritual. Igual que en el pasado, hoy el pueblo necesita un reavivamiento y una reforma. El Espíritu Santo está deseoso a guiar a todos aquellos que desean a entregarse a Dios sin reservas.
Ellen White explica el éxito de aquellas reformas de la siguiente manera:
“El éxito que acompaño los esfuerzos de Nehemías releva lo que lograran la oración, la fe y la acción sabia y enérgica. Nehemías no era sacerdote ni profeta, ni pretendía título alguno. Fue un reformados suscitado para un tiempo importante.”[12] “Ningún sacrifico era demasiado grande, ninguna tarea demasiado difícil para él cuando estaba seguro de que era la voluntad de Dios. No podía haber claudicación alguna cuando estaban en juego la voluntad o el reino de Dios. Nosotros necesitamos más de esta clase de lealtad sin claudicaciones. En los días de Nehemías era necesario que el pecado fuera señalado claramente y que el pueblo de Dios se mantuviera estrictamente separado de la influencia de las naciones pecadoras de aquel tiempo. Solo así podría ser llevado a término a su debido tiempo el plan redentor de Dios y todos los pueblos del mundo tendrían una oportunidad de recibir los beneficios de la salvación.”[13]
El pueblo de Dios no está sin esperanza. A pesar de nuestras espiritualidad tibia, Dios tiene las riendas en sus manos. Él tiene el poder para cumplir el propósito que tiene con su iglesia. En vez de desesperar tenemos que pedir en la oración el cumplimento de las promesas que Él nos dio. Me gustaría acabar con las hermosas palabras de William McDonald: “Cuando los hombres leen la Palabra de Dios y aplican a sus vidas sus verdades, cuando de los santos fluyen oraciones de intercesión, y cuando hay confesión y separación de los pecados conocidos, habrá siempre poder en la iglesia para hacer grandes cosas para Dios.”[14]







[1] WHITE, Elena. Profetas y Reyes. Buenos Aires: ACES, 2006, p. 304
[2] TORRALBA, Juan Guillén y et al., Comentario al Antiguo Testamento. Madrid: Verbo Divino, 2000, p. 592
[3] LASOR Stanford, HUBBARD Allan, BUSH Frederic. Panorama del Antiguo Testamento. Buenos Aires: Nueva Creación, 1995, p. 640
[4] TORRALBA, Juan Guillén y et al., Op. Cit., p. 600
[5] WHITE, Elena. Op. Cit., p 303
[6] ORCHARD, B. et al., Verbum Dei. Comentario a la Sagrada Escritura. Barcelona: Herder, 1960, p. 41
[7] LONGAMAN III Tremper, RAYMOND Dillard. Introducción al Antiguo Testamento Grand Rapids: Libros Desafío, 2006, p. 256
[8] ORCHARD, B. et al., Op. Cit., p. 35
[9] HENRY, Matthew. Comentario Bíblico. Barcelona: Clie, 1999, p. 485
[10] HARPER, A. y et al., Comentario Bíblico Beacon. Kansas City: Casa Nazarena, 1965, Tomo II; p. 638
[11] HENRY, Matthew. Op. Cit., p. 492
[12] WHITE, Elena. Op. Cit., p 303
[13] HARPER, A. et al., Op. Cit., p. 643
[14] MACDONALD, William. Comentario al Antiguo Testamento. Barcelona: Clie. 2001, p 455

No hay comentarios:

Publicar un comentario