jueves, 6 de agosto de 2015

LA PERFECCIÓN CRISTIANA Y EL PERFECCIONISMO



LA PERFECCIÓN CRISTIANA Y EL PERFECCIONISMO

Autor:  Vitalie Mindru
Introducción
      Desde los tempos remotos el ser humano ha tenido un deseo natural hacia la perfección, hacia la excelencia. Este mismo deseo se ha manifestado también en el campo de la religión y espiritualidad. En todas las religiones, en todos los tiempos han existido preocupaciones y esfuerzos para alcanzar la perfección.
El tema de la perfección es también uno de los temas más apasionantes que se encuentra en la Biblia. En este sentido el teólogo suizo Jean Zurcher dijo que “toda la Biblia es una insistente invitación a la perfección”.[1]
La motivación para el presente trabajo surge de un deseo de conocer mejor un tema bíblico tan importante sobre cual los creyentes expresan opiniones tan diferentes.
El presente trabajo de investigación tiene dos objetivos principales.  En primer lugar investigar lo que la Biblia dice acerca de la perfección. En este sentido buscar contestar a las preguntas ¿Qué es la perfección bíblica? ¿Es realmente la perfección posible? ¿Cuál es la norma de la perfección que el creyente debe alcanzar?
Debido a que es un tema actual también para la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD), el segundo objetivo es analizar de manera general los diferentes puntos de vista y el debate que hay hoy en día en la IASD en torno a la perfección.
Además de la Biblia, el presente trabajo tiene en cuenta los más importantes trabajos de los diferentes autores que se escribieron sobre el tema.


1.     El tema de la perfección en la Biblia
En la Biblia hay varios textos que hablan de la perfección en términos de un llamado o mandato de Dios para todo el creyente. Quizás el texto mas explicito se encuentra en Mt 5:48, donde Jesucristo nos dice, Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto.
A Abraham, Dios le dijo: Yo soy el Dios Todopoderoso; camina delante de mí y sé perfecto. (Gn 17:1)
A la pregunta del joven rico, Jesucristo le dijo, si quieres ser perfecto, anda, vende tus bienes y dalo a los pobres; y tendrás tesoro en el cielo. Y ven; sígueme. (Mt 19:21)
La primera conclusión que podemos sacar de la Biblia es, que la perfección es un requisito obligatorio de Dios para la salvación del ser humano. Por lo tanto la perfección debe ser posible y alcanzable, de otra manera los escritores bíblicos no lo hubieran pedido.
Dios quiere que el creyente anhele la perfección en su vida. El siguiente paso será comprender en que consiste y como se alcanza la perfección bíblica.

1.1.La perfección absoluta un atributo exclusivo de Dios
Aunque la Biblia no lo declara explícitamente (hay solo una referencia Mt 5:48), lo da por sentado que Dios es la perfección absoluta. De hecho, Dios es la única referencia de perfección absoluta para el ser humano. La Biblia declara que las obras de Dios son perfectas. (Dt 32:4; 2S 22:31) Se puede afirmar sin equivocarse que Dios es perfecto tanto en su naturaleza, como en sus obras.

1.2.La perfección relativa del ser humano
En la Biblia se encuentran también referencias a seres humanos que son llamados perfectos.
a) La Biblia declara que Noé era un hombre perfecto, en Gn 6:9: …Noé, varón justo, era perfecto (~ymiT') en sus generaciones; con Dios caminó Noé.
A pesar de esto más tarde en una ocasión, el ser carnal tomo protagonismo en su vida. (Gn 9:21).
b) Asimismo Dios declara perfecto a Job (Job 1:1, 8). Sin embargo mas tarde el mismo reconoció que no era tan perfecto. (Job 40:2-5; 42:2-6)
c)      A Abraham, Dios le pide que sea perfecto (~ymi(t'). (Gn 17:1)
d) La Biblia declara que el corazón de David era perfecto (~lev') (1R 11:4). Sin embargo en 1 Cr 22:8, se dice que David derramó mucha sangre.
e) Del rey Asa la Biblia declara, Aunque no quitó los lugares altos, sin embargo, el corazón de Asa fue íntegro (~le²v') para con Jehovah, todos sus días. Sin embargo en una ocasión tuvo una manifestación de rebeldía e incredulidad hacia Dios. (2Cr 16:1-10)
En todos estos casos se puede ver que se trata de una perfección relativa.
Comentando sobre la perfección de los diferentes personajes bíblicos, Jean Zurcher concluye que esa perfección nunca se describe en términos de una naturaleza completamente libre de pecado.[2]

2.     Definición de los términos
El historiador adventista George Knight, considera que uno de los problemas más serios que tienen los cristianos en relación con la perfección es debido a que las personas adjudican a la Biblia sus propias definiciones de perfección en lugar de que la Biblia defina lo que es la perfección. Este procedimiento generalmente lleva a la gente a considerar la perfección en términos absolutos que bien pueden armonizar con la filosofía griega, pero no con el uso bíblico de dicha palabra.[3]
2.1. Las palabras originales en el AT
Para referirse a perfecto o perfección, el AT usa dos palabras; (~le²v')  (salem) y (~ymiT') (tamim). Ambos términos implican un estado completo, integro, entero. Significa también integridad de vida moral e intelectual. Esta palabra tiene el pacto como trasfondo.[4]
Para Jean Zurcher los “perfectos” en el AT, son gentes que caminan con Dios y en su presencia. El adjetivo calificativo “perfecto” se encuentra siempre asociado con el verbo “caminar”. Lo cual significa que la perfección no designa un estado de, sino más bien una forma de vida en estrecha relación con Dios y una disposición mental que Dios acepta: sinceridad, rectitud, integridad. [5]

2.2. Las palabras originales del NT
En el NT hay varias palabras que se refieren a la perfección. La más frecuente es te,leioj  y sus derivados. Te,leioj tiene el sentido de completo, perfecto, adulto. Te,leioj  se usa de tres maneras en el NT.[6]
a) Como adjetivo sustantivado, los perfectos o como adjetivo con el sentido de perfecto referido a Dios (Mt 5:48) y a personas (Mt 5:48), o de adulto (1Cor 14:20).
b) Como adjetivo sustantivado to teleion, significa lo perfecto, en sentido ético (Rom 12:2) o en sentido escatológico (1Cor 13:10).
c) Como adjetivo que cualifica a determinados conceptos: obra perfecta (Sant 1:4), don perfecto (Sant 1:17), amor perfecto (1Jn 4:18).
Lo mas frecuente te,leioj  se traduce con el sentido de maduro/s. Los telei,oij son los que han alcanzado la madurez.
Para expresar la idea de perfección también se usan las palabras katarti,zw y kata,rtisij se traducen como completo, preparado, perfeccionado, equipado, poner en condición apropiada.[7]
Por ejemplo en 1P 5:10, el discípulo debe estar completamente equipado o perfeccionado (katarti,sei).

3. El análisis de la perfección bíblica
Debido a que el proceso de la salvación a través del cual Dios redime a los pecadores es un proceso complejo y dinámico, que no puede ser explicado por una sola palabra, la Biblia usa diferentes términos para referirse a ese, como; justificación, regeneración, santificación, glorificación y otras. A su vez la palabra perfección se usa en la Biblia a veces como sinónimo de las palabras mencionadas anteriormente.
La relación que hay entre la perfección y la salvación se puede explicar a través de las etapas en la perfección del creyente así como lo presenta la Biblia.

3.1.            Primera etapa: Justificados perfectamente por Cristo
El proceso de la salvación comienza con la obra del Espíritu Santo de convencer al pecador de su situación pecaminosa y mortal. Una vez que el pecador responde a esta influencia, es atraído cada vez más hacia Jesucristo. Mirando a Jesús en la cruz, el pecador comprende lo que Jesús hizo por el, se arrepiente de sus pecados y lo acepta como Salvador. En este momento Dios lo perdona y lo cubre con la justicia perfecta de Cristo. De esta manera el pecador arrepentido es considerado perfecto en el sentido de su entrega completa a Dios. Hay varios textos bíblicos que apoyan esta conclusión.
a) Hebr 10:14; Porque con una sola ofrenda ha perfeccionado (tetelei,wken) para siempre a los santificados.
A través de su sacrificio Jesús nos hace perfectos en sentido de que nos justifica y nos santifica. Él nos ofrece tanto una perfección imputada como una perfección impartida.
b) 1 Cor 2:6; Sin embargo, hablamos sabiduría entre los que han alcanzado madurez (telei,oij)… .
A los que rechazaron la sabiduría de este mundo y aceptaron la locura de la predicación de la cruz, el apóstol Pablo los llama telei,oij es decir ya maduros. Aunque los creyentes de Corinto no eran tan perfectos, tenían disputas y luchas, Pablo habla de ellos como telei,oij.
c) Flp 3:15; Así que, ¡escuchen los perfectos (te,leioi)! Todos debemos tener este modo de pensar...
El apóstol Pablo se refiere aquí a los creyentes de Filipos que aceptaron y se entregaron a Cristo, como siendo ya perfectos. Eran maduros en sentido de entrega. Aunque todavía tenían defectos y falta de unidad, sin embargo el apóstol les llama perfectos. Es evidente que esta perfección no es la completa ausencia del pecado.

3.2.  Segunda etapa: La perfección como un crecimiento continuo, santificación progresiva
Una vez que el creyente ha aceptado a Cristo, comienza su caminar cristiano. Es el principio de su desarrollo y crecimiento en conocimiento y en amor.
a) Ef 4:12,13; a fin de capacitar (perfeccionar) (katartismo.n) a los santos para la obra del ministerio, para la edificación del cuerpo de Cristo, hasta que todos alcancemos la unidad de la fe y del conocimiento del Hijo de Dios, hasta ser un hombre de plena madurez (un varón perfecto) (te,leion), hasta la medida de la estatura de la plenitud de Cristo.
El apóstol Pablo anima a los creyentes a seguir creciendo para llegar hasta la plena madurez, a la plena perfección del carácter, hasta la medida de la estatura de Cristo. Durante toda su vida, el creyente debe colaborar con el poder de Dios para conseguir la perfección del carácter. 
La autora Ellen White dice acerca de esto: “Cada cual tendrá que sostener un violento combate para triunfar del pecado en su propio corazón. Por momentos, es una obra muy penosa y desalentadora; pues al mirar los defectos de nuestro carácter nos detenemos a considerarlos, cuando en realidad deberíamos mirar a Jesús y revestir el manto de su justicia”. [8]
b) 2 Cor 7:1; Así que, amados, ya que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda impureza de cuerpo y de espíritu, perfeccionando (completando, acabando) (evpitelou/ntej) la santidad en el temor de Dios.
c) Hebr 6:1 dice: Por tanto, dejando las doctrinas elementales de Cristo, sigamos adelante hasta la madurez (teleio,thta ), sin poner de nuevo el fundamento del arrepentimiento de obras muertas, de la fe en Dios.
Otra vez el apóstol Pablo invita a los creyentes a llegar a la madurez en su experiencia espiritual.
d) Flp 1:6; estando convencido de esto: que el que en vosotros comenzó la buena obra, la perfeccionará (evpitele,sei) hasta el día de Cristo Jesús.
Pablo dice que Dios perfeccionará (el verbo esta en el futuro) su salvación en los creyentes hasta el día de Jesucristo. Para el apóstol esta obra que comenzó en el momento de la entrega, continua durante toda la vida y se completa finalmente en la segunda venida Jesús.
Jean Zurcher explica el concepto de perfección en Pablo como un crecimiento progresivo del carácter durante toda la vida:
Si en el principio Pablo considera “perfecto” a cualquiera que haya aceptado a Jesús como Salvador, es porque sus pecados han sido cubiertos por la justicia de Cristo. Esta persona ha sido justificada y es perfecta en este sentido. La perfección no se limita, sin embargo, al concepto teológico de justificación; conlleva además el de santificación progresiva, que se prolonga durante toda la vida. (2Cor 4:16).  A este lento proceso de cambio del hombre interior Pablo lo llama transformación “metamorfosis” [9]
3.3.  Tercera etapa: La perfección más excelente
La tercera etapa en la perfección del creyente concluye con la segunda venida de Jesús.
a) 1 Jn 3:2; 1 Cor 13:10. En estos dos textos, el apóstol Pablo se refiere a la perfección de los cuerpos. Los redimidos recibirán nuevos cuerpos en la segunda venida.
b) Hebr 10:40; para que no fuesen ellos perfeccionados (teleiwqw/sin) aparte de nosotros; porque Dios había provisto algo mejor para nosotros.
Aquí el apóstol Pablo dice que tanto los héroes de la fe del pasado como los demás redimidos serán perfeccionados en la segunda venida de Cristo. Hasta que no recibamos nuevos cuerpos con nuevos cerebros, nuestra mente y nuestro espíritu no pueden funcionar a la plenitud prevista por Dios.
a) Flp 3:12, No que lo haya alcanzado ya, ni que ya sea perfecto (tetelei,wmai); sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús.
Aunque en Flp 3:15, el apóstol llama a los creyentes (incluyéndose a si mismo) como ya perfectos, sin embargo en el versículo 12, Pablo reconoce que todavía no ha alcanzado la perfección, que todavía sigue hacia una perfección mas completa, una perfección que el apóstol espera recibir en la segunda venida de Cristo.
Como se ha ido argumentando en este capitulo, la perfección se alcanza en el momento en que el ser humano inicia la carrera cristiana, luego la perfección continúa durante toda la vida, pero el ideal absoluto no ha de ser alcanzado mientras los seres humanos vivan en un cuerpo sujeto a corrupción.
      Después de considerar estos textos se puede concluir con toda certeza que el creyente puede y debe en Cristo estar perfecto en las diferentes etapas de su desarrollo espiritual. Dios siempre espera un crecimiento del creyente; en amor, fe, frutos del Espíritu. Lo importante para el creyente es mantener siempre una relación viva y estrecha con el Señor, la perfección se puede alcanzar solamente en Cristo. (Jn 15:5)
La perfección bíblica debe ser comprendida en el sentido de madurez y crecimiento. No se trata de llegar a un punto final después del cual ya no hay mas progreso.
Ellen White apoya esta conclusión cuando dice que, en cualquier etapa del desarrollo, nuestra vida puede ser perfecta; sin embargo, si se cumple el propósito de Dios para nosotros, habrá un progreso constante.[10]
Aunque la Biblia no lo expresa explícitamente, la perfección en sentido de crecimiento, seguirá durante toda la eternidad. Jean Zurcher dice sobre esto: Dios ha implantado en el ser humano una necesidad de perfección que ni la propia eternidad podrá saciar. [11]

4. El tema del perfeccionismo
Después de considerar la perfección desde el punto de vista de la Biblia, en el presente capitulo se procura analizar las dificultades que plantea el perfeccionismo para el creyente de hoy. También se analiza la relación que hay entre la comprensión de la noción del pecado con la perfección. 

4.1. Los problemas con el perfeccionismo
La primera dificultad que tenemos con el perfeccionismo es definir los términos. ¿Qué se entiende por perfeccionismo?
La mayoría de los autores definen el perfeccionismo como una vida sin pecado, como la ausencia total del pecado de la vida del creyente. Esta es la manera de considerar el perfeccionismo que se adopta en el presente trabajo de investigación.
 Hay un importante debate en torno al tema del perfeccionismo en el cristianismo de hoy. Este debate sigue afectando también a la Iglesia Adventista del Séptimo Día (IASD). Algunos sugieren que el creyente debe llegar a tal desarrollo espiritual que le permita vivir una vida sin pecado, abogan por la ausencia total del pecado en la vida del creyente.
Desde el punto de vista de la Biblia, difícilmente se puede sacar la conclusión de que alguien puede llegar a tal nivel de desarrollo espiritual para no necesitar mas pedir perdón para los pecados.
Debido a que el tema del perfeccionismo tiene que ver con el pecado, no se puede comprender cabalmente este tema si primeramente no se explica la noción del pecado.
4.2. El perfeccionismo y el pecado
Comentando sobre la relación que hay entre la noción del pecado y la perfección, George Knight declara: “Entender la naturaleza del pecado es también un prerrequisito para tener un adecuado concepto de la perfección.[12]
El autor adventista Edward Heppenstall decía en este sentido:
Cuando se tiene una visión del pecado poco profunda, la perfección sin pecado no es un logro imposible. En este caso una visión defectuosa del pecado lleva a una comprensión equivocada de la perfección. Si el pecado simplemente significa no hacer de manera intencional lo que se sabe que es malo, entonces ningún cristiano debe cometer este tipo de pecado. Pero si el pecado incluye también el estado de la mente y el corazón de una persona, la inclinación del hombre hacia el pecado, el pecado como una tendencia que mora en nosotros, entonces la perfección presenta un cuadro totalmente diferente.”[13]
      Los grandes problemas teológicos en torno al tema del perfeccionismo es la mala comprensión del tema del pecado. Entre las diferentes opiniones, en la IASD hay dos puntos de vista generales. En primer lugar, hay autores que consideran el pecado como algo cualitativo, que tiene que ver con la naturaleza del ser humano. Otros sin embargo piensan que el pecado es un conjunto de hechos o actos cuantitativos. Para los primeros el pecado esta en la naturaleza, para los últimos el pecado esta en los hechos.
Los perfeccionistas normalmente adoptan el segundo punto de vista, al considerar el pecado como actos o un conjunto de acciones, y consideran que es posible ser perfecto no haciendo lo malo. Sin embargo esta es una noción bastante limitada de lo que significa ética cristiana. La Biblia no pide solamente abstenerse en hacer lo malo, sino que pide además de no dejar de hacer lo bueno. (Stg 4:17)
      George Knight propone una definición del pecado más amplia de las que hemos visto anteriormente. En primer lugar, él considera que el pecado es amor centrado en un objeto equivocado, es amar algo o a alguien más que a Dios. La esencia del pecado es hacer mi voluntad y no la voluntad de Dios. [14]
George Knight hace una diferencia entre el Pecado y los pecados. El Pecado no es quebrantamiento de un código legal, no es una serie de actos específicos sino una rebelión contra Dios. Una relación quebrantada con el Señor de la ley.[15]
Al final para George Knight, el Pecado es tanto (1) un estado de rebelión, (2) como una relación quebrantada y (3) una acción.[16]
El pecado como rebelión se debe a que el ser humano nace con una naturaleza caída, con tendencias al pecado. A lo largo de la vida si el ser humano sigue alejándose de Dios, esta naturaleza rebelde se refuerza más y más, como resultado de continuar en prácticas pecaminosas.
Es importante ver también la diferencia entre lo que la Biblia llama el pecado voluntario y el pecado involuntario o de ignorancia. Mientras el pecado voluntario es rebeldía (hacer mi voluntad en contra de la voluntad de Dios), el pecado involuntario incluye los pecados que se cometen por ignorancia o como debilidad inherente de la naturaleza humana caída.
Como se menciono anteriormente, la manera como se define el pecado influye finalmente en la manera de comprender la perfección. Los que consideran el pecado como algo cuantitativo, hechos y actos, consideran que la perfección se consigue en abstenerse de todo lo que en lo exterior es considerado pecado, cumplir con todos los mandamientos que tienen que ver con no hacer.
Por el contrario, si el pecado se comprende como una rebeldía (querer hacer mi voluntad), entonces, vencer el Pecado y ser perfecto es poner a Dios y su voluntad por encima de todo en mi vida. Ser perfecto en este caso es amar a Dios sobre todas las cosas y amar al prójimo como a si mismo. (Mt 22:37-39) Esta perfección solamente es posible si le entregamos a Dios nuestra voluntad, entonces él nos da la victoria sobre el Pecado de rebeldía (pecado voluntario).
En este sentido George Knight considera que la perfección bíblica es positiva y no negativa. Los cristianos perfectos no miran lo que ellos hagan o dejen de hacer, sino que buscan nuevas formas de mostrar su amor a Dios y a las personas.[17]
Pero aun cuando con la ayuda de Dios vencemos el Pecado (rebeldía, pecado voluntario) la naturaleza antigua (caída) permanece en nosotros (Rom 6:12-14). Aunque Cristo nos viste con una naturaleza nueva, la vieja naturaleza permanece todavía. Debido a esto somos y seremos pecadores potenciales en cuanto al pecado involuntario o de ignorancia. Esta naturaleza pecaminosa (aunque crucificada), con sus potenciales errores nos acompañara hasta la segunda venida de Cristo. Ellen White opina lo mismo cuando dice que: “No podemos decir: “Yo no tengo pecado”, hasta que este cuerpo vil sea cambiado y transformado a la semejanza de su cuerpo glorioso.”[18]

5.     El tema del perfeccionismo en la IASD

5.1. Breve historia del perfeccionismo en la IASD
El tema de la perfección de la última generación en la IASD, tiene que ver con los trabajos del profesor M. L. Andreasen. En la década de los 40 del siglo XX, Andreasen empezó con fuerza a enseñar y predicar, que los adventistas debían ser perfectos y que la última generación de hombres que vivan sobre la tierra estará conformada de aquellos que han alcanzado la perfección.
Según George Knight, Andreasen consideraba el pecado como una serie de acciones especificas. De aquí que la justicia se alcanza obteniendo victorias sobre pecados específicos. El razonamiento de Andreasen condujo a una corriente teológica adventista contemporánea que subestima el poder del pecado y sobre estima la capacidad de los seres humanos para vencerlo. El resultado a menudo ha sido buscar una impecabilidad perfecta a fin de que Cristo pueda volver otra vez.[19] 
Según este pensamiento la perfección se alcanza cuando una persona finalmente deja de hacer todas las cosas erróneas y comienza a hacer las cosas correctas. Este punto de vista hace que la perfección se centra en lo que el ser humano hace y como consecuencia se cae en el legalismo. En este sentido Edward Heppenstall dice que la pretensión de perfección sin pecado en cualquier momento en esta vida terrenal es la raíz del orgullo espiritual y la justicia propia.[20]
Históricamente en la IASD surgieron y se desarrollaron diferentes ideas sobre perfeccionismo. Por ejemplo el movimiento de la “carne santificada” que tuvo su clímax en las reuniones de Indiana en estados Unidos en 1900. Este movimiento pretendía que podemos alcanzar una perfección absoluta de nuestra naturaleza física y espiritual.
Más tarde A. T. Jones en los años 1880 y 1890 abogaba a favor de la perfección moral absoluta. También en la década de 1960 el adventista australiano Robert Brinsmead, empiezo con la idea de la perfección moral absoluta y de la eliminación de la nuestra naturaleza caída antes de la segunda venida de Jesús.
Estas y otras posiciones semejantes sugieren que el pueblo de Dios llegara a una etapa justo antes de la segunda venida en la cual los creyentes estarán sin pecado, sin la posibilidad de ser tentados, sin las propensiones inherentes al pecado o las malas tendencias comunes para todos los descendientes de Adán.
Como se ha mencionado anteriormente, el surgimiento en el pasado y el auge en el presente del tema del perfeccionismo en la IASD, se debe al hecho de que algunos adventistas consideran que el supuesto retraso en el retorno de Jesús se debe a la ausencia de una perfección absoluta en los creyentes de la ultima generación.
El historiador adventista David Trim explica que hoy en día la gran mayoría de los adventistas rechazan estas posiciones legalistas. La mayoría de los escritores, teólogos y predicadores adventistas de hoy aunque defienden que se debe guardar la ley y vencer al pecado, repudian la idea de que sea posible guardar la ley mediante nuestras propias fuerzas, y rechazan la enseñanza de la perfección física, o de la absoluta perfección moral.[21]
Sin embargo los movimientos perfeccionistas siguen surgiendo y desarrollándose dentro de la IASD influyendo la misión de la iglesia de transmitir el mensaje de Dios al mundo.

5.2. Los peligros del perfeccionismo
¿Por qué el perfeccionismo es tan perjudicial?
El mayor peligro de esta enseñanza es que pone al hombre como el protagonista en la victoria sobre el pecado y de esta manera oscurece y reduce la obra salvífica de Cristo, enfocándose sobre lo que puede hacer el ser humano. Los que se creen perfectos, aunque lo digan o no, de alguna manera confían en sus propios merito o se jactan con sus logros. Es muy difícil convencer a tales de errada que es su posición.
Helmut Ott dice que la teología del perfeccionismo tiene tres grandes efectos negativos:[22]
a) Después de esforzarse por un tiempo para llegar a ser perfecto en su carácter y comportamiento, muchos se desaniman y con frecuencia abandonan cristianismo por completo.  Sobre todo esto les ocurre a los jóvenes.
b) La creencia en la perfección sin pecado parece tener poco efecto positivo en las vidas de aquellos que la abrazan. No se observa ninguna evidencia perceptible de que son mejores padres, vecinos, compañeros de trabajo, o la presencia de los frutos del ES tales como el amor, bondad, tolerancia y la fe. No se percibe que han alcanzado un nivel de madurez mayor que en el resto de los creyentes imperfectos.
c) El tercer efecto negativo de la creencia que nosotros podemos ser perfectamente sin pecado en esta vida, es la enorme capacidad para engañar que tiene esta doctrina sobre aquellos que la abrazan, por lo que es extremadamente difícil ya sea para quitarle de la cabeza sus ideas erróneas o para llevarlos a una comprensión mas equilibrada del evangelio de Cristo.
      En su comentario sobre la perfección, Moris Venden habla de errores que esta verdad debe remplazar:[23]
1)      Que la perfección es necesaria para la salvación.
2)      Que la perfección es solamente para los gigantes espirituales.
3)      Que la perfección no es alcanzable ahora.
4)      Que dios reconoce como perfectos solamente a los que no pecan.
5)      Que la perfección consiste en hacer cosas buenas.
El tema del perfeccionismo como bien observa Moris Venden, se vuelve peligroso si nos hace enfocar la atención sobre nosotros mismos y nuestras propias obras.  Nunca olvidemos dice el, que la perfección es la obra de Dios, no el resultado de nuestros esfuerzos.[24]
Al final debemos ver la perfección, como una obra de la gracia de Dios en el creyente. El ser humano por si solo es incapaz de salvarse o de llegar a la perfección divina.



Conclusión
      Al final del trabajo se pueden sacar algunas conclusiones. En primer lugar, la perfección es una enseñanza bíblica, es un mandato y un llamado divino, una meta para la vida del creyente. El creyente debe desear la perfección, la madurez espiritual, el desarrollo del carácter durante toda su vida.
      También la Biblia deja bien claro que llegar a ser perfecto no es el resultado del esfuerzo humano. El hombre por si solo no puede conseguir el nivel de perfección que Dios le pone delante. La perfección es la obra exclusiva de Cristo en nuestro favor: él nos considera y nos hace perfectos.
      Al mismo tiempo se puede decir que el perfeccionismo, comprendido como el resultado del esfuerzo humano de vencer el pecado no es bíblico y debe ser rechazado por completo.
Podemos decir apoyándonos en las Sagradas Escrituras que somos perfectos pero no somos perfeccionados de todo aun. La perfección igual que la salvación podemos verla como una obra ya hecha, como algo que se sigue haciendo y como una obra que se completara en el futuro. Como lo dice Moris Venden, obtenemos la perfección del pasado por medio del perdón de Dios; en el presente, a través de su poder; y en el futuro, por medio de su promesa.[25]
      En el proceso de la perfección del carácter lo que a nosotros nos toca hacer es continuar acercándonos a Jesús y mantener nuestros ojos fijos en el.
      El autor adventista D. A. Delafield nos anima a seguir hacia la perfección diciendo: Tenemos que ser perfectos en Cristo Jesús. No hay otro camino a la perfección. Pero incluso entonces nuestra perfección será relativa, en la esfera humana, y el proceso de santificación se prolongara hasta el momento de nuestra translación al cielo. Seguramente hay un trabajo de la gracia mas profundo y mas pleno que se debe hacer en nuestros corazones. Entregarnos a esta obra de preparación debería ser lo primero en importancia para los adventistas del séptimo día.”[26]




Bibliografía
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BALZ, Horst, SCHNEIDER, Gerhard. Diccionario Exegético de Nuevo Testamento. Salamanca: Ediciones Sígueme, 2002, TOMO II,  pp. 2214

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[1] ZURCHER, Jean. La Perfección Cristiana. Madrid: Safeliz, 2000,  p. 6
[2] ZURCHER, Jean. Op. cit., p. 53
[3] KNIGHT, George. Guía del fariseo para una santidad perfecta. Miami: APIA, 1998, p. 184
[4] HARRISON, E. F., BROMILEY, G. W., HENRY, C. F. H. Diccionario de Teología. Grand Rapids: Desafío, Edición Revisada, 1999, p. 468
[5] ZURCHER, Jean. Op. Cit., p. 53
[6] BALZ, Horst, SCHNEIDER, Gerhard. Diccionario Exegético de Nuevo Testamento. Salamanca: Sígueme, 2002, TOMO II,  p. 1708
[7] BALZ, Horst, SCHNEIDER, Gerhard. Diccionario Exegético de Nuevo Testamento. Salamanca:  Sígueme, 2002, TOMO I,  p. 2252
[8] WHITE, Ellen. Joyas de los testimonios. Mountain Veiw: PPPA, 1953, p 381
[9] ZURCHER, Jean, Op. cit., p. 79
[10] WHITE, Ellen. La educación. P. 105-106
[11] ZURCHER, Jean. Op. Cit., p. 89
[12] KNIGHT, George. Op. cit., p. 66
[13] HEPPENSTALL, Edward. How Perfect Is "Perfect" or Is Christian Perfection Possible? [en linea]. Disponible en: https://adventistbiblicalresearch.org/materials/theology-salvation/how-perfect-perfect-or-christian-perfection-possible [Consulta en: 30 diciembre 2013]
[14] KNIGHT, George. Op. Cit., p. 50
[15] Ibid., p. 54
[16] Ibid., p. 52
[17] KNIGHT, George. Op. Cit., p. 263
[18] WHITE, Ellen. Signes of the times, 23 de marzo de 1888
[19] Ibid., p. 248
[20] HEPPENSTALL, Edward. How Perfect Is "Perfect" or Is Christian Perfection Possible? [en linea]. Disponible en: https://adventistbiblicalresearch.org/materials/theology-salvation/how-perfect-perfect-or-christian-perfection-possible [Consulta en: 30 diciembre 2013]
[21] TRIM, David. Frente a la ley y la gracia. [en línea]. Disponible en: http://spectrummagazine.org/cafe_hispano/2011/11/08/%E2%80%9Cfrente-la-ley-y-la-gracia-puntos-de-vista-adventistas-sobre-la-salvaci%C3%B3n-y-. [Consulta en: 28 diciembre 2013]
[22] OTT, Helmut. Perfect in Christ. Washington: Review and Herald, 1987, p. 179-180
[23] VENDEN, Moris. 95 Tesis acerca de la justificación por la fe. Florida: APIA, 1988, p. 269
[24] VENDEN, Moris. Op. Cit., p. 263
[25] Ibid., p. 267
[26] D. A. Delafield. Perfection in the Human Sphere. [en linea]. Disponible en: https://www.ministrymagazine.org/archive/1964/08/perfection-in-the-human-sphere  [Consulta en: 12 diciembre 2013]

3 comentarios:

  1. Excelente trabajo apreciado Vitali. Muchas gracias por compartirlo en este foro. Con tu permiso quisiera imprimirlo para repartirlo entre algunos hnos. de la iglesia que pastoreo, porque tenemos ciertos problemas con el tema de la "perfección", Tu trabajo será un buen complemento para la predicación que he preparado sobre el tema.

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  2. gracias hermano vitalie es de mucha ayuda para la iglesia de hoy .e leido su articulo sera de mucha inspriracion pa la iglesia adventista del septimo dia

    DIOS lo bendiga .hoy tengo claro sobre este tema ¿como ser perfectos?.

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  3. Hno. saludos Adventistas.
    excelente estudio, sin embargo me gustaría, argumentar mas acerca de este tema con la guía infalible del Espíritu de Profecía, por que como adventistas debemos guiarnos por Biblia y espíritu de profecía, Isa 8:20

    Los que lo hacen no son cristianos, no importa de quién se trate, y por exaltada que sea su profesión. La orden de Cristo es: “Sed, pues, vosotros perfectos, como vuestro Padre que está en los cielos es perfecto”. Mateo 5:48. Aquí él nos muestra que debemos ser tan perfectos en nuestra esfera como Dios lo es en la suya CRA 158.1

    Viene el príncipe de este mundo—dice Jesús;—mas no tiene nada en mí.” No había en él nada que respondiera a los sofismas de Satanás. El no consintió en pecar. Ni siquiera por un pensamiento cedió a la tentación. Así también podemos hacer nosotros. La humanidad de Cristo estaba unida con la divinidad. Fue hecho idóneo para el conflicto mediante la permanencia del Espíritu Santo en él. Y él vino para hacernos participantes de la naturaleza divina. Mientras estemos unidos con él por la fe, el pecado no tendrá dominio sobre nosotros. Dios extiende su mano para alcanzar la mano de nuestra fe y dirigirla a asirse de la divinidad de Cristo, a fin de que nuestro carácter pueda alcanzar la perfección. {DTG 98.4}

    La Clave de la perfección radica en no separarnos de Cristo, mediante su Espíritu Santo, y si mora el Espiritu Santo en mi, no podre pecar por que la única forma de pecar es cuando me alejo de su presencia.

    Nuestra única seguridad contra la posibilidad de caer en el pecado consiste en mantenernos continuamente bajo la influencia moderadora del Espíritu Santo, y al mismo tiempo dedicándonos activamente a la causa de la verdad en santidad, cumpliendo todo deber encomendado por Dios, pero sin echarnos cargas que Dios no ha colocado sobre nosotros. . {CSI 596.2}

    Viene el príncipe de este mundo—dice Jesús;—mas no tiene nada en mí.” No había en él nada que respondiera a los sofismas de Satanás. El no consintió en pecar. Ni siquiera por un pensamiento cedió a la tentación. Así también podemos hacer nosotros. La humanidad de Cristo estaba unida con la divinidad. Fue hecho idóneo para el conflicto mediante la permanencia del Espíritu Santo en él. Y él vino para hacernos participantes de la naturaleza divina. Mientras estemos unidos con él por la fe, el pecado no tendrá dominio sobre nosotros. Dios extiende su mano para alcanzar la mano de nuestra fe y dirigirla a asirse de la divinidad de Cristo, a fin de que nuestro carácter pueda alcanzar la perfección. {DTG 98.4}

    Entonces Se puede alcanzar un estado de Santidad moral como la que Cristo tubo mediante un poder que no es el nuestro

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